Martin Pistorius llevaba una vida feliz. Estaba rodeado de amigos y sobresalía por su desempeño académico.
Pero a los 12 años, una ligera molestia en la garganta le cambió la vida para siempre.
El principio de un largo padecimiento
En pocas semanas, el dolor le fue avanzando, hasta el punto de inmovilizarle el cuerpo. El pequeño, originario de Johannesburgo (Sudáfrica), fue trasladado al hospital.
Luego de varios estudios, le diagnosticaron meningitis criptocócica, una enfermedad que se contrae por un hongo presente en el suelo de todo el mundo, y que afecta a los tejidos que cubren el cerebro y la médula espinal, según señala el portal de salud Medline Plus. El padecimiento dañó la capacidad motriz de Martin, hasta derivar en una parálisis total.
Para entonces, el niño ya no podía hablar ni hacer contacto visual (coma virtual), a decir de una nota publicada por Europa Press. Los médicos les dijeron a los padres que Martin podría morir y supusieron que, debido a su estado vegetativo, ya no era capaz de percibir la realidad que lo rodeaba.
Dos años después, Martin comenzó a recuperar la conciencia… solo para darse cuenta de que no podía decírselo a nadie.
El mundo desde una cama
Pese a que los padres de Martin siempre se ocuparon de bañarlo y llevarlo al médico, ni ellos se habían percatado de que el ahora joven estaba consciente. Increíblemente, así pasaron doce años.
Así transcurría la vida de Martin hasta que Virna van der Walt, la enfermera que lo cuidaba, comenzó a darse cuenta de que el joven sí era capaz de percibir su entorno, luego de hacerle preguntas a las que él respondía con gestos.
Lo comunicó a los padres, quienes lo llevaron con los médicos para realizarle nuevas pruebas. Todos coincidieron: Martin estaba consciente, aunque no sabían cuánto tiempo llevaba así. Para entonces, ya tenía 24 años.
Con ayuda de terapias más específicas, diversos especialistas colaboraron para crearle un software especial que le permitiera a Martin ponerse en contacto con el mundo.
“Tras dos años en estado vegetativo comencé a despertar. Era consciente de todo, como cualquier persona normal. Todos estaban tan acostumbrados a mi ‘no estar’ que no se dieron cuenta cuando empecé a estar presente de nuevo”, comentó el joven a NPR, según recopila el periódico The Daily Mirror.
Nuevos retos
Con el tiempo, y a la par de nuevas terapias y tratamientos, fue capaz de adquirir nuevos conocimientos. De hecho, debido a que su capacidad cerebral estaba intacta, se planteó el reto de estudiar una carrera universitaria. Y lo logró.
Hoy, Martin Pistorius tiene un empleo como programador web, está casado y ha contado su historia a través del libro titulado Ghost Boy (Niño fantasma), según cuenta una nota publicada por Daily Mail.
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